8 de abril de 2021.- Jesús Ángel Celada Pérez ha dirigido durante diez años el Real Patronato sobre Discapacidad (RPD) y ha sido el director general de Políticas de Discapacidad del Gobierno del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030.
Es ingeniero en topografía, geodesia y cartografía por la Universidad Politécnica de Madrid, donde se diplomó en Estudios Avanzados. Obtuvo el Máster Universitario en Liderazgo y Dirección Pública del Ministerio de Administraciones Públicas y la Universidad Internacional Menéndez Pelayo, y ha sido profesor asociado tanto en la Universidad Politécnica de Madrid como en la Universidad Europea de Madrid.
Recientemente, ha comunicado su cese voluntario con el objetivo de presentarse en las listas del PSOE para las próximas elecciones de la Comunidad de Madrid. Desde el Centro Español del Subtitulado y la Audiodescripción (CESyA) queremos felicitarle por su ejemplar labor durante todos estos años y agradecer también su compromiso con nuestro centro y con todas aquellas entidades y personas dedicadas a fomentar la accesibilidad. En esta entrevista, abordamos el legado que ha dejado en el Real Patronato sobre Discapacidad.
¿Qué estrategias, cambios y novedades plantea el Real Patronato sobre Discapacidad para este año?
2021 está significando para el Real Patronato la consolidación de su Plan Estratégico. Este Plan, aprobado en 2019 y puesto en marcha en un contexto caracterizado por los condicionantes de la pandemia, consta de 3 objetivos: primero, posicionarse como espacio de encuentro entre las Administraciones Públicas y Universidades, la sociedad civil organizada en torno a la discapacidad y el sector privado; segundo, sensibilizar y concienciar a todos los agentes sociales públicos y privados en materia de accesibilidad como técnica de inclusión social supresora de barreras físicas, sensoriales y cognitivas; y tercero, generar conocimiento, investigación y desarrollo sobre discapacidad.
¿Cuáles diría que han sido los hitos más importantes que consiguió la institución en el año anterior? ¿De cuáles se siente más orgulloso?
El año 2020 ha sido complejo para toda la sociedad, también para las instituciones públicas. Haciendo balance de las actividades realizadas el curso pasado, el Real Patronato ha cumplido con la agenda y ha ejecutado de manera sobresaliente su presupuesto, a pesar de las dificultades ya conocidas: meses de confinamiento, adaptación al trabajo a distancia, nuevos canales de comunicación,…
El principal hito del que debemos sentirnos muy satisfechos ha sido mantener viva la esencia y la presencia del Real Patronato: conveniar con entidades sociales en ámbitos como el deporte o a la accesibilidad, desarrollar y publicar estudios sobre los derechos de las personas con discapacidad, convocar y resolver las becas del Programa Reina Letizia para la inclusión en estudios superiores, participar en actos con entidades sociales y privadas, entre otras muchas actividades. Todo ello no hubiera sido posible sin el personal de la institución y de los profesionales de los centros asociados, CESyA, CNLSE y CEDD. Aprovecho para agradecer públicamente su trabajo, especialmente en momentos anormales de incertidumbre y tensión. Sin duda el mayor valor del Real Patronato y su Centros reside en su capital humano.
¿Por qué es importante que exista el Real Patronato sobre Discapacidad en España?
No existe un organismo público en la Administración General del Estado, y me atrevería a decir que tampoco en ningún país europeo, que desempeñe las funciones del Real Patronato sobre Discapacidad.
Si lo tuviera que definir en tres palabras, estas serían: pasado, presente y futuro. Una institución con más de cien años de historia dedicados a las personas con discapacidad; en continua y exitosa innovación, pionera en la transformación del modelo asistencial al modelo basado en las personas como sujeto de derecho; y una institución con mucho futuro. En el camino de los derechos de las personas con discapacidad aún queda más camino por recorrer que ya recorrido. No contar con esta institución, teniendo en cuenta su actual composición y sus funciones sería un grave error para la sociedad en su conjunto. Mi reconocimiento a todas aquellas personas que han contribuido al crecimiento y desarrollo de la “casa” de la discapacidad. Larga vida al Real Patronato sobre Discapacidad.
¿Hay instituciones internacionales similares con las que se realicen acciones conjuntas?
La primera institución con la que colaboramos es con la Dirección General de Políticas de Discapacidad, a quien compete la participación española en organismos extranjeros e internacionales y la coordinación técnica de los programas de cooperación internacional relativos a la discapacidad.
No debemos olvidar que somos un país ejemplar en políticas y derechos en favor de las personas con discapacidad. Ante esta afirmación, que muchas veces levanta críticas razonadas, conviene alzarla vista y analizar la situación de las personas con discapacidad en países no muy alejados del nuestro. No podemos ser autocomplacientes y hay que seguir trabajando internamente y creciendo a través de la colaboración y cooperación con otros países.
Gracias a la estrecha relación que mantenemos con la FIIAPP, con la AECID y con la Secretaría General Iberoamericana, el Real Patronato y sus centros han colaborado en el desarrollo de políticas de formación, empleo o accesibilidad en Túnez, Ucrania, Camboya, y en congresos en Argentina, Perú o Ecuador, entre otros países.
¿Cómo afectó la pandemia a la labor del Real Patronato sobre Discapacidad y cómo se ha adaptado esta institución a la Nueva Normalidad?
Las Administraciones Públicas hemos llegado tarde al trabajo a distancia. En el mes de marzo, minuto uno de la pandemia y el confinamiento, no teníamos instauradas las herramientas tecnológicas adecuadas para trabajar desde nuestras casas. Tampoco existían criterios para determinar qué perfiles y en qué condiciones podían acogerse al teletrabajo.
Tardamos en reaccionar unas cuantas semanas, pero superada esta adaptación, antes del verano, el equipo estaba perfectamente operativo, en su habitual línea de trabajo basado en la eficacia, la eficiencia y sobre todo, en la interlocución con las entidades sociales. Hoy seguimos manteniendo esos mismos mecanismos que nos permiten celebrar reuniones virtuales, firmar digitalmente, reunirnos físicamente lo imprescindible cumpliendo estrictamente las medidas de seguridad y con el deseo de recuperar cuanto antes la vieja normalidad.
En una entrevista anterior, comentó que con los confinamientos las personas con discapacidad son más vulnerables. ¿Cómo cree que afectará la llamada Cuarta Ola de la COVID-19 a estas personas y a sus familias?
Afortunadamente las consecuencias del confinamiento nos obligaron a actuar buscando soluciones eficaces a medio-largo plazo que subsanaran la falta de sensibilidad social respecto a la discapacidad, las barreras comunicativas de muchos medios de comunicación, el avance del virus en las residencias de personas con discapacidad o la activación de medios tecnológicos para mantener la actividad de las entidades sociales.
Las soluciones aplicadas siguen vigentes y esta cuarta ola no ha afectado con tanta virulencia a la salud de las personas con discapacidad, pero sí al empleo. No podemos abstraernos de las graves consecuencias de esta ola en la contratación de personas con discapacidad que en 2020 ha caído 32 puntos (no sé si te refieres a la tasa de empleo), retrocediendo a los datos de hace seis años.
Por otro lado, la cuarta ola coincide con la vacunación de la población, sin descuidar la prioridad del colectivo de las personas con discapacidad. El Gobierno, a través del Plan de Vacunación, da prioridad absoluta a las personas con discapacidad que viven en residencias, idéntico protagonismo que las personas mayores. El siguiente grupo que recibirá la vacuna incluye a las personas con Síndrome de Down cuyo envejecimiento prematuro está comprobado científicamente.
Trabajaremos para que otros colectivos de personas con discapacidad, especialmente los más dependientes, sean considerados prioritarios en las siguientes fases de vacunación.
Está claro que el 2021 está siendo un año de muchos cambios, también en el entorno educativo. ¿Qué opinión tiene respecto a la LOMLOE y sus disposiciones sobre la Educación Especial?
En España el 83% de la población educativa con discapacidad estudia en un sistema inclusivo, el 17% lo hace en Centros de Educación Especial. Estos datos apenas han variado en los últimos 15 años. En la última década, la ONU nos ha exigido en tres ocasiones el desarrollo de políticas que promuevan el sistema educativo inclusivo.
Hace 40 años era impensable que niñas y niños con discapacidades sensoriales, motoras o intelectuales estudiaran en sistemas educativos inclusivos, hoy sería impensable lo contrario, especialmente en los dos primeros grupos. ¿Qué ha provocado que estudiantes sordos, ciegos, con discapacidades físicas o incluso intelectuales, estén en aulas inclusivas?
La respuesta —apoyo de las Administraciones Públicas, valentía de las familias, formación del profesorado, herramientas tecnológicas de última generación, sensibilización al resto de los estudiantes, participación de las entidades sociales…— habría que aplicarla al resto de las discapacidades, sin obviar algunos casos muy particulares de niñas y niños con gran dependencia que requieren una atención más personalizada.
La LOMLOE no obvia estos casos, por eso no propone liquidar ningún sistema educativo. La Ley confirma el derecho de las familias a escoger el sistema educativo más adecuado para sus hijas e hijos. Propone reforzar el sistema inclusivo aprovechando el conocimiento, la experiencia y la profesionalidad de los Centros de Educación Especial. Tiende puentes y no los destruye, confiando que dentro de 10 años nuestras hijas e hijos se formen en espacios representativos de la diversidad que caracteriza nuestra sociedad.
¿Algo más que quiera añadir?
Agradecer a todo el personal del CESyA vuestro compromiso con el funcionamiento de la entidades. Un equipo siempre dispuesto a participar en las actividades fomentadas por el Real Patronato y a colaborar con otras instituciones, públicas y privadas, para la supresión de las barreras que impiden a las personas con discapacidad sensorial acceder al contenido audiovisual en televisión, cines, teatro, museos, exposiciones…en definitiva, por la inclusión y la participación social. En nombre de las instituciones que me honra dirigir: ¡muchas gracias!